El Príncipe Azul

Los príncipes azules existen, claro que existen, aunque para encontrar el tuyo probablemente tengas antes que besar a muchos sapos.

A lo largo de la historia es muy frecuente ver cómo se confunde el tocino con la velocidad y los sueños con la realidad, por lo que la

mayoría de las veces los príncipes salen “ranas”. De todas maneras, ¿quién a lo largo de su vida no ha visto o sido alguna vez Príncipe Azul? Antes de besar la cualquier batracio que encuentres por ahí, tendrás que fijarte bien en que tenga el auténtico culito de Príncipe y además tienes que tener en cuenta que, al darle el beso, te puedes convertir tú también en “rana”, con lo que irías a parar a la charca más próxima.